Tecnología y pandemia
Introducción
Con la pandemia para muchas personas llegó de verdad el siglo XXI, no fue con el cambio del 2000 al 2001, evidentemente eso es algo formal, pero el cambio de mentalidad, la afección de la tecnología en la sociedad de una forma real y mucho más palpable y sobre todo para todos los ámbitos de la sociedad, e incluso la realidad de un mundo globalizado donde lo que pasa en un país en la otra parte del mundo tiene grandes implicaciones en tu país o en tu vida diaría, aunque como digo todo eso ya existía, con la pandemia fue como mucha gente de verdad lo aprendió en sus carnes que es la única forma de cómo mucha gente aprende de verdad.
Yo no voy a darmelas de listo diciendo que ya sabía muchas de esas cosas, aunque por un lado sí, por mi trabajo y forma de vida, realmente para mí la pandemia no afectó demasiado mi vida, ya que pasé de vivir todo el día pegado al ordenador antes de la pandemia, a seguir pasando todo el día pegado al ordenador, en la pandemia, a seguir pegado al ordenador después. Bueno, realmente empecé con el tema de limitar absolutamente, el acceso a la tecnología y me puse gran cantidad de límites, como reducir las horas de acceso a internet, eliminé mi smarthphone por un dumphone, es decir, me quité mi movil actual por un móvil que los viejos llamamos de los de toda la vida, para llamar, mandar sms y poco más.
Y así fue como llegué a la filosofía de la permacomputación y del minimalismo tecnológico, pero bueno, de todo eso hablaré más adelante.
El asunto es que muchas personas empezaron a sufrir lo personas que habitualmente ya trabajabamos con tecnología habiamos sufrido e incluso ya teniamos soluciones para algunos de los problemas que ocasionaban ese exceso de exposición a la tecnología, además de no usar siempre las herramientas más adecuadas.
Vamos a intentar resumir algunos de los problemas que pude observar durante la pandemia al encontrarse mucha gente con la obligación de tener que trabajar con las nuevas tecnologías para poder trabajar ya que no podíamos movernos de nuestra casa.
- Demasiado tiempo delante de pantallas tanto de móviles como de ordenadores o tablets.
- Dificultad de desconectar del trabajo por la facilidad y/o abuso de algunos jefes de mandar mensajes o pedir trabajo fuera del horario de trabajo habitual.
- Exceso de uso de redes sociales y herramientas de mensajeria para comunicarse con amigos, familia o compañeros de trabajo.
- Aislamiento no solo por la pandemia si no también por el uso de tecnologías de mensajería a las que sobretodo los más jóvenes se acostumbraron demasiado a usar, provocando problemas posteriores de socialización
- Dependencia a ciertas plataformas que aprovecharon la ocasión para vender sus soluciones que la gente sin ningún tipo de análisis a causa de las circunstancias tan acuciantes fueron adoptadas, tanto por empresas, empresas e incluso organismos estatales.
- El crecimiento aún mayor de las grandes tecnológicas que durante la pandemia se convirtieron en las empresas de mayor crecimiento y valor de todo el mundo dándoles aún más poder por los monopolios para poder imponer sus soluciones tecnológicas.
Problemas con las pantallas por exceso de tiempo delante de ellas.
Uno de los grandes problemas que se empezaron a ver en la pandemia era el problema de usar por demasiado tiempo pantallas retroiluminadas, tanto monitores, pantallas de móvil o tablets o televisiones.
Por supuesto que desde el invento de las pantallas siempre ha habido un problema con la exposición prolongada a éstas. Pero era limitada y aún así nuestros padres siempre nos decían que nos ibamos a quedar ciegos, algo que no ocurrió al menos que se sepa. Han habido muchos estudios sobre si el exceso de tiempo delante de pantallas es perjudicial para la vista, pero por supuesto el problema es que siempre esos estudios se han hecho a nivel de si afectaban la vista, es decir, si producian enfermedades visuales como la miopía o la aumentaba en personas que ya la tuvieran. Los resultados nunca han sido concluyentes pero cada vez preocupa más porque la edad a la que se expone al ser humano a las pantallas cada vez es más temprano.
Pero el problema no es solo acerca del daño o no a la vista o si aumenta o no problemas visuales como la miopía, la afectación de las pantallas puede ser de diverso índile como la pérdida de visión periférica y problemas en los músculos que giran los ojos ya las pantallas requieren una visión centrada y continua, sin movimiento de los ojos. Luego se sabe más o menos que la luz de estas pantallas pueden afectar a los ciclos de sueño-vigilia, al cansancio general, motivar irritabilidad y otros efectos psicológicos, etc. Pero como digo faltan muchos estudios acerca de ello que aunque se intuye aún no son definitvos pero porque como he dicho se centran demasiado en lo oftalmológico.
Dificultad de desconectar del trabajo, estudios y en general de todo
Una de las cosas que más pude ver a mi alrededor es la dificultad de muchas perdonas para desconectar de las nuevas tecnologías. Como dije en su momento, es definir nuevas tecnologías, de hecho, para algunos ya dejaron de ser nuevas hace muchos años. También es verdad que para personas que además de usar mucho tiempo estas tecnologías, llevabamos muchos años trabajando desde casa, ya teniamos más o menos, una serie de normas y reglas para poder compaginar nuestro trabajo con nuestra vida personal, resintiendo está última lo menos posible. Estas reglas son:
- Separar en casa tanto físicamente como temporalmente el trabajo de la vida personal.
- Aunque estemos en casa, tener un horario estricto como si estuvieramos en una oficina.
- Tener dos líneas, o dos teléfonos inclusive, uno para trabajo y otro para nuestra vida personal y nunca mezclarlos.
- Igualmente saber diferenciar cuando estamos trabajando y cuando no, delante del ordenador y no tocar programas, ver correo, etc, del trabajo, fuera del horario de trabajo.
- Ponernos un límite al día en general, en horas, tanto de estar delante de la pantalla como buscando o viendo cosas por internet.
Estas y otras pequeñas reglas o hábitos como digo, los seguimos más o menos siempre, las personas que siempre hemos trabajado como freelance, en temas relacionados con las tecnologías. Pero para muchas personas, esto les vino completamente nuevo, donde nadie, les dio estos consejos que estoy yo dando ahora, y además en muchas ocasiones con jefes abusivos que tampoco le daban margen al trabajador, por ejemplo, mandándoles correos o mensajes de whatsapp fuera de su horario de trabajo, para cosas del trabajo. Por supuesto, ni las leyes ni los gobiernos les dio tiempo a ponerse al día en tan poco tiempo por lo que, muchos trabajadores pasaban por el aro por miedo al despido, ya que no estaba claro si el hecho de no contestar a una llamada de un jefe fuera de horario de trabajo podía constituir motivo de despido. La lógica dice por supuesto, que no, pero cuando tu sustento y el de tu familia depende de ello, es difícil jugarsela.
Toda la mezcla de nuevas tecnologías, que muchas personas desconocían y no sabían usar, como los programas para las videoconferencias, o los programas de mensajeria, o incluso el correo electrónico, la falta de costumbre de trabajar en casa, ya que muchas personas, no tienen una casa grande como para poder tener un despacho solo para ellos y tienen que compartirlos con el resto de la familia, que recordemos tampoco podían salir de casa, haciendo que tampoco pudieran separar bien ambos ambientes, y en ocasiones la presión de las empresas, bien por desconocimiento o por malignidad para tener al trabajador casi 24/7, sumado a la situación en sí muy preocupante sanitaria creó una situación muy estresante para todo el mundo.
Con los niños, pasó algo parecido. Al no poder ir al colegio, instituto, etc, aunque se hizo todo lo posible para que fueran lo antes posible ya que los niños a cierta edad es muy importante que aprendan a sociabilizar, e incluso hoy en día, recientes estudios han llegado a la conclusión que la pandemia y el aislamiento afectó a esa generación. Pero además, tuvieron el problema de tener que lidiar con una tecnología que por un lado no conocían, pero es que sus padres tampoco, dejándoles en la mayoría de las ocasiones delante de una pantalla, sin casi control ninguno, tanto de acceso a contenidos como del tiempo en que podían estar delante de esas pantallas, sumándoles además el obligatorio acceso al móvil que es aún peor, lleno de aplicaciones, juegos, redes sociales, que las grandes compañías tecnológicas aprovecharon para atrapar a esos menores con sistemas muy complejos de adicción, similar a lo que se usa para la adicción a juegos de azar, pero además también aprovecharon para adquirir los datos, establecer sus programas en los centros educativos y todo sin un control, estudio, o análisis previo, ya que esas compañías llegaron con la solución rápida y en el momento justo como si fueran flautistas de Hamelin.
El problema vino por partida doble, por un lado, la pandemia obligó a usar una tecnología gobernada por grandes empresas, que por otro lado gracias a ello, se volvieron de las más poderosas del mundo, tecnología, que los niños no sabían, ni tenían defensas preparadas para entender, y como digo, ni sus padres ni docentes tampoco, y además los hemos predispuesto para que la sigan consumiendo sin ningún tipo de crítica, o replantearse nada, ya que para ellos es tan natural como el comer. Hemos llegado a un punto, donde a día de hoy, la generación Omega, los niños de la pandemia, como los llamo yo, usan TikTok o Instagram principalmente para informarse de todo antes de buscar algo en algún buscador o mirar en la wikipedia
Exceso del uso de las redes sociales
Parecido a lo que he comentado antes de los niños, que es muy grave, peor aún ha sido con los adultos. De hecho, los niños están como están porque ningún adulto les dijo donde poner el límite. Ahora vemos normal, que cualquier padre o madre le de un table o móvil a su bebé de unos meses para que se entretenga. Esto que ahora se ve normal en el futuro se verá como una verdadera aberración como cuando se les daba antes vino a los niños para que durmieran o se tranquilizaran.
Pero como digo, siempre hablamos de los niños, porque claro, ¿es que nadie piensa en los niños? pero yo realmente veo mayor problema aún en los adultos. Los adolescentes, curiosamente algunos de ellos ya se han cansado de las redes sociales, no lo suficiente pero se empieza a ver un desgaste, pero curiosamente es en los adultos y los de mayor edad aún donde, en mi experiencia veo más adicción a las redes sociales, programas de mensajería instantánea e incluso adicción a juegos para móbiles.
El asunto es mayúsculo porque esos adultos, pueden llegar a ser, por su posición, en instancias públicas, en empresas, o en distintos cargos, más influyentes que lo sería un niño o un adolescente, por lo que esta adicción es más peligrosa porque la acaba imponiendo a las personas que trabaja, o conviven con él o ella.
Por poner un ejemplo, por culpa de esa adicción a las redes sociales y programas de mensajería instantánea como whatsapp, estas herramientas acaban siendo un medio de comunicación de facto en muchas instituciones públicas, bancos, empresas, colegios, institutos, etc. Para mucha gente está siendo habitual, comunicarse con su banco, o incluso con su ayuntamiento a través de Whatsapp, una empresa privada norteamericana, que puede acceder a todas esas conversaciones. Ya desde hace mucho tiempo, todos los organismos públicos y privados se comunican a través de redes sociales privativas, también norteamericanas que pueden cambiar sus condiciones de uso, privacidad, etc, solo por la decisión de una persona. Y, por qué hago incapié en decir que son norteamericanas? pues, porque, aunque muchas personas no lo saben, en EE.UU hay una ley, que en ciertas condiciones, obliga a todas las empresas a dar los datos que requiera el gobierno en ese momento. Así que si hay personas que aún creen que sus datos están seguros en cierta compañía, si es norteamericana que ya vaya sabiendo que no.
Y bueno, para darle un toque de humor al asunto, pero no menos importante, tal vez deberiamos hablar de todas las peleas, mal entendidos o simplemente situaciones estúpidas que ocasionan este exceso de redes sociales. Como siempre he dicho, la mayor parte del lenguaje humano es no verbal, es algo que hace que en una conversación cara a cara, gran cantidad de la información se ofrece por esa vía, en cambio la verbal es mínima. Así que cuando usamos, redes sociales, mensajería instantánea, etc, pues perdemos gran parte del significado. El sarcasmo se pierde, los dobles sentidos se quedan en menos sentido todavía, una broma, parece el inicio de la tercera guerra mundial, y cualquier crítica bien intencionada parece un ataque con hacha. Para superar eso, se inventarón los emoticonos, pero al final ocurre que uno tiene que usar tantos, emoticones, gif animados, que sería la evolución de estos, que las conversaciones parecen una locura de corazones, osos amorosos, memes, etc, etc. Realmente es digno de estudio, pero por otro lado, es curioso como hemos evolucionado de un lenguaje muy complejo y satisfactorio heredero de Shakespeare o de Cervantes, para terminar escribiendo como los antiguos egipcios.
Para finalizar, solo diré que le hemos dado a unas pocas empresas no solo el dominio de internet, algo que parecía imposible, ya que recuerdo esa época donde deciamos que no se le podía poner puertas al campo, el campo es internet, por si alguien no pilla la referencia, pero parece ser que de alguna forma sí se ha podido o al menos nos han convencido en no movernos mucho de cierta zona, sin necesidad de poner ni vayas ni nada, ya que lo estamos haciendo de forma voluntaria. Pero es que le hemos dado o le estamos dando demasiado poder a esas pocas compañías por tener todo el acceso a nuestros datos que valen mucho más de lo que pensamos. Yo siempre pongo el ejemplo, no sé si real, pero se cuenta que cuando llegaron los españoles a américa, en un principio los españoles les intercambiaban oro por piedras y bisutería porque no sabían el valor del oro. Pues algo así pasa ahora, no sabemos el valor de nuestros datos y se lo regalamos a las empresas a cambio de luces y colores.
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