Móviles y aplicaciones de redes sociales
Introducción
La introducción de los móviles merecería varios libros de distintas áreas distintas. Desde el punto de vista tecnológico, sociológico, psicológico, etc. Pero vamos a saltarnos muchos pasos y años, y hablar solo del punto donde estamos ahora, que diremos que sería entre 2010, que ya éstos se asentaron en la población en general hasta el 2024, donde ya existen más móviles por habitante que ordenadores. Casi podriamos hablar que en gran parte del mundo existe un móvil por habitante.
Esto ocasiona que lo que nunca se ha conseguida con otras tecnologías, se ha conseguido con los móviles. Es curioso como en los libros más avanzados de ciencia ficción del siglo XX, siempre se pensó que en un futuro, la humanidad estaría o bien vigilada por grandes sistemas informáticos, con grandes pantallas, que vigilarían toda nuestra vida privada pero de una forma impuesta por el estado, tal como leímos en la novela de 1984, o como en otras novelas, la primera posiblemente, la de "Un mundo feliz", donde los individuos voluntariamente usaban dispositivos que les daba felicidad.
La realidad, inesperada para muchos, es una mezcla de ambos. Por un lado tenemos unos dispositivos que voluntariamente hemos introducido en nuestra vida y en nuestros bolsillos porque nos dan felicidad, y por otro lado esos mismos dispositivos, nos vigilan toda nuestra vida, hasta las cosas más intimas, pudiendo incluso, predecir y modificar nuestro comportamiento, a lo gran hermano, pero sin necesidad de grandes pantallas en nuestras casas o ciudades. Eso sí, esos pequeños dispositivos que llevamos en nuestros bolsillos, tienen todo lo necesario para conocer todo de nosotros. Llevan micrófonos, cámaras de video, GPS para saber nuestra localización en todo momento y además no se pueden apagar.
El asunto es que la introducción de este elemento, como digo inesperado, ha cambiado totalmnete el curso de la sociedad, ha creado dinámicas nuevas y en ocasiones peligrosas y todo lo bueno y malo que tenía internet lo ha llevado a un grado superlativo. Y esto es porque ha llevado a los ordenadores a la gran masa de una forma tan sorpresiva y rápida que mucha gente aún no entiende lo que tiene entre las manos.
Y llegaron las redes sociales
Como he comentado, hablo de móviles y redes sociales, no porque sea algo que aparecieron juntas. Las redes sociales, aplicaciones que simplemente son capaces de conectar personas que están en partes distintas del planeta, han existido desde el inicio de internet. Aplicaciones como los grupo de USENET o sistemas para "chatear" como el IRC son más antiguos que el propio internet en sí. De hecho, eran los sistemas habituales para conectarse en EE.UU dentro de las universidades y entre ellas. Cuando sí, ya llegó internet, como expliqué, con la gran conexión de EE.UU y Europa primero y luego otros países, el sistema se mantuvo y sobre todo el IRC se mantuvo muy activo y como sistema principal de comunicación.
Las redes sociales como tal, llegaron después, y era una forma de conectar a personas de distintos sitios pero con unos fines en común. Es algo natural en el ser humano que nos terminemos uniendo en grupos de personas que tenemos cosas en común para formar grupos o comunidades.
Las primeras redes sociales fueron orgánicas, es decir, se formaron de una forma natural por la gente, como digo por la costumbre natural e innata que tenemos los humanos de juntarnos. Esto empezó como foros, grupos de chats, y algunas webs que permitían cierta interacción entre los usuarios, discutiendo noticias que añadían los mismos usuarios, estos últimos se llamaron agregadores de noticias pero como digo, noticias referenciadas por los propios usuarios y que aparecian en la web por votación.
Como digo todo era natural y orgánico hasta que se vió el potencial y la capacidad de la comunidad de hacer cosas por puro placer, llegando a generar contenido de en ocasiones mayor calidad que contenido creado por personas pagadas y dedicandose enteramente a ello.
Esto tiene mucho que ver con el software libre y libros como La Catedral y el Bazar, pero eso es tema de otro libro. El asunto que ante tanta cantidad de contenido de calidad creado de manera gratuita, algunas personas solo vieron en ello algo para mejorar la sociedad y a la humanidad, y pongo como ejemplo la Wikipedia, que está siendo llevada desde hace más de 20 años por una fundación sin ánimo de lucro, pero otras personas solo pensaron en que se podían hacer multimillonarios y lo consiguieron, como en el caso de Meta y Facebook.
Al final, algo orgánico y sin ánimo de lucro se conviertió en un negocio, donde se buscaba en un principio la interacción constante de los usuarios, con lo que eso generaba tráfico y justificaba que empresas empezasen a usar esas plataformas para sus propios productos, pero por supuesto, luego si querías que tu producto fuera más visible pues había que pasar por caja. No parecía mal negocio, los usuarios tenían una plataforma "gratuita" para interaccionar entre ellos, subir imágenes y videos, generar foros, etc, y a cambio la empresa que había montado esa red social ganaba dinero de la publicidad de otras empresas que quería dar a conocer sus productos.
Pero todo se fue yenndo más y más a la basura, de ahí el término inglés de "shifting" por dos motivos concretos.
Uno de ellos fue como ya he hablado, la popularización de los teléfonos móviles inteligentes. Me sigo maravillando como de una forma muy dinámica y orgánica, y en pos de la comodidad y la mejora constante de estos dispositivos se han convertido en aparatos perfectos de espionaje. Llevan cámara, micrófono, gps, acelerómetros y altavoces. Todo eso permite que un simple móvil pueda escuchar, localizar, visualizar, especificar la posición e incluso escanear la zona del usuario. Pero es que además las redes sociales llegaron como anillo al dedo a estos dispositivos. Como expliqué las redes sociales, eran lugares donde entablar conversaciones con personas de todo el mundo, incluso se podían formar comunidades de aquella manera, pero con el móvil, se empezó a poder compartir, tus pensamientos, vivencias, el lugar donde estabas o lo que estabas haciendo. Con todo ese arsenal que te ofrece el teléfono móvil actual, sin prácticamente nada más tienes un estudio móvil en la palma de tu mano y claro todo dio lugar a cosas que nadie se había imaginado como; selfies, influencers, streamers, youtubers, tiktokers, etc, etc, y aunque suene morboso, esto es muy real, ha aparecido algo extraño pero real que es muerte por selfie.
Bueno, como digo, podríamos escribir, y ya los hay, muchos libros de cómo las redes sociales privativas, es decir, las creadas por grandes compañías y no por comunidades de personas, han modificado a la sociedad en todos los sentidos y han cambiado totalmente ciertos trabajos, como los relacionados con la información y también ha creado otros nuevos.
Pero el otro gran problema que ha generado es la manipulación total de la opinión pública gracias a estas redes sociales.
Algo que se está conociendo relativamente desde hace poco que las empresas dueñas de esas redes sociales necesitan como he dicho antes, tráfico para poder justificar que cobren por publicidad, y curiosamente lo que más tráfico da es el odio. Una publicación en una red social, que sea informativa, sosesagada, llena de referencias no suele ser muy vista, compartida, etc, en cambio, un insulto, un ataque a otra persona, sobretodo si esta persona es famosa o relacionada con un partido político o religión, o un ataque directamente a un colectivo completo genera en muy poco tiempo mucho tráfico. También sabemos a día de hoy, que hay gran cantidad de cuentas en esas redes sociales, que son programas de ordenador, programadas para publicar, compartir y promover ciertos comentarios, ideas, etc. Y luego está el problema de los algoritmos, y es algo tampoco muy conocido y es que las grandes compañías tienen tanto conocimiento sobre nuestros gustos, que puede adaptar tanto los buscadores como las redes sociales para que aparezcan los temas y asuntos con los que somos más sensibles y tengamos más probabilidad de responder, compartir, e indignarnos en general.
Y esa es la realidad que tenemos ahora, un cúmulo de tecnología, empresas que viven de nuestras emociones y nuestros datos, y finalmente todo eso y como no sé si fin último pero si al menos una posibilidad de lo más preocupante, la capacidad de alterar el devenir y la opinión de una sociedad. Esto se vio con el brexit, y cómo hay muchos indicios de que se usaron nuevas técnicas asociadas a las redes sociales para conseguir un objetivo, pero parece ser que solo fue un experimento. El peligro y la posibilidad es que se pueda hacer a nivel global con impredecibles consecuencias.
Y en la parte de este libro, donde veamos las posibles soluciones ya voy adelantando de que es un tema muy complejo y de muy difícil solución. La prohibición es imposible o directamente contraproducente, tal vez solo la educación podría hacer algo ya que para la mayoría, estos temas les ha pillado completamente nuevos, pero es que tal como va el mundo a la educación ni se la ve ni se le espera. Veremos aún así algunas posibles soluciones e ideas que finalmente tendremos que hacer por las buenas o por las malas.
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