mié 24 ago 2022 06:32:28 CEST La internet está rota



No voy a ha contar la historia de cómo internet empezó, del proyecto ARPANET, de los orígenes ni de cómo se inició todo. No voy a hablar de como Internet llegó a nuestras vidas, de la dificultad, precio y velocidad de sus conexiones iniciales ni de nada de eso.


No voy a hablar del desarrollo de html, css y javascript y su historia, no voy a hablar de la guerra de los navegadores y del uso masivo de tecnologías no estándares como Flash de Adobe. No voy a hablar de los primeros cgi, cookies, y tecnología que empezó a llegar para que las páginas webs sean más interactivas y dinámicas. Y no voy a hablar de todo eso porque, primero hay suficiente información en internet para informarse de ello y segundo porque todo eso que en aquellos momentos nos preocupaba y con razón se ha quedado ridículo en comparación con lo que está ocurriendo ahora en internet.


Creo que todo el mundo se ha dado cuenta de cómo de roto está internet con solo el uso diario de navegar por internet actualmente sin necesidad de ser ni técnico ni informático. Hagamos un resumen de un día normal en internet suponiendo que no tenemos conocimientos sobre ello, sólo queremos consultar alguna información, y además no usamos ningún tipo de extensión para el navegador porque no sabemos qué es eso y además directamente usamos Google Chrome, que es el que nos ha instalado el primo informático porque es mucho mejor o estamos usando Microsoft Edge porque es el que viene por defecto en el ordenador, da igual como se llamen, nosotros lo llamamos "El Internet".


Bueno, abrimos internet y lo primero que vemos es la página de gugle, gogle o como se diga. Ya nada más empezar nos sale un cuadro bastante largo que nos dice que antes de buscar tenemos que leer unas cosas, que no vamos a leer y darle a Aceptar, hacemos escrol un buen rato hasta que encontramos el botón de Aceptar y para adelante.


Introducimos en el lugar adecuado la palabra a buscar, no sé el marca, o el ABC o El País. Una vez en la página nos pide que aceptemos unas cosas que son cookies que no sabemos lo que son ni nos importan, lo aceptamos, luego empezamos a ver la página y nos sale otro aviso de si nos queremos suscribir, ¿le decimos que no? Vamos a El País, y nos dice que es de pago, que si queremos suscribirnos a su oferta, va a ser que me quedo en el ABC. Ahora quiero buscar un lugar en Google Maps, voy y otro aviso de que si aceptamos de que sepan nuestra posición, que claro que le decimos que sí, que más da, y si aceptamos notificaciones, que le daremos que sí también porque estamos hasta el moño. Y así todo el rato.


Por eso preferimos usar el móvil, le decimos "Ok Google" u "Hola Siri" le preguntamos donde está "Talleres Paco" y sin problemas, te abre la aplicación de Google Maps con la dirección y si quieres hasta te indica como ir, que una chica muy maja, la gran "Nikki García" en España, te lo dirá. Lo bueno de usar el móvil es que no te ha preguntado continuamente si aceptas las cookies, las condiciones del contrato o si aceptas que se sepa tu ubicación, ¿seguro? pues claro que te lo ha preguntado, una vez cuando iniciaste el móvil por primera vez o iniciaste cierta aplicación por primera vez, ahí no leíste nada, le distes a "Aceptar" y para adelante también. Enhorabuena, has vendido tu alma al diablo y no te has leído el contrato, bueno, nunca se hace.


Mi padre por ejemplo, alucina de que cuando abre el programa de fotos del móvil, Google Photos, aunque él solo sabe que se llama fotos, le sale un mapa real de España donde aparecen las fotos que ha tomado y exactamente dónde las ha echado. Tampoco sabe qué fotos están en el móvil o en la nube de Google, ni lo sabe ni le importa claro, él solo sabe que puede acceder a todas las fotos que ha hecho en los últimos años. Y así con todo.


Con este relato ya vemos todo lo que no está "roto" de internet, cosa que hablaré en siguientes artículos y que podemos resumir en:



Cómo digo en siguientes artículos iré comentando sobre estos aspectos y más cosas que se me vayan ocurriendo, y hablaremos mucho por desgracia de la *privacidad*.



/gemlog/